"Chizzo" tenía 20 años aquel 1 de enero de 1989 cuando llegó a la casa de los hermanos Iglesias (Gabriel y Jorge), en su auto Falcon, con una guitarra. Quería formar una banda con "Tete" y "Tanque", una banda de rock, de amigos. A ese proyecto también se sumó Raul Dilellio, "Locura".
Desde ese día, no pararon más. Pero Gustavo Nápoli tiene otra pasión además del rock, las motos; y muchas veces ha concurrido a los "motoencuentros". "Las motos son como un virus. Yo tengo un Harley '48, una Virago... Me encanta irme con la moto, viajar. Cuando hay encuentros trato de ir, donde casi siempre toco la guitarra. Tienen una mezcla muy importante con el rock, van de la mano de hace muchísimos años", cuenta "Chizzo". Pero también ha tenido sus caídas de ellas, tal es así que le dedicó un tema a su desgracia: "Caricias de asfalto", del último disco de la banda, "Algún Rayo".
Hincha de Racing Club de Avellaneda, no demuestra mucha simpatía por el fútbol. Para él, el rock y las motos "son sinónimos de vida". Y toca porque le gusta, no lo hace para "facturar". "Con la banda nunca nos importó la guita. Porque sino, después empiezan los problemas. Siempre repartimos la torta a todos por igual", confieza en guitarrista rengo.
Parte de su trabajo es escribir canciones, canciones de rock. Pero hubo un día que "Chizzo" decidió editar un libro; y fue junto al encargado de prensa de La Renga, Fernando Vera. " Estos escritos los tenemos con Fernando hace mucho tiempo, de cuando teníamos 16, 17, 25 años. En mi caso, fueron escritos que no llegué a ponerles música", afirma "Chizzo".
Es un hombre pleno de música, de motos, de letras, de rock. Un tipo que se ha ganado el cariño de miles, que quizás, nunca lo conocieron en persona. Un baluarte del rock nacional.
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